Es una iglesia construida en la época colonial, su fachada está decorada con cantera gris y una serie de nichos ocupados por esculturas realizadas en alabastro.

En el interior se conservan retablos barrocos de gran valor artístico dedicados a la Virgen María y Jesucristo. Destaca la restauración del retablo principal que tiene la particular característica de ser asimétrico, con la iluminación neón resalta su belleza como si se estuviera frente a un bello atardecer. Además, sus cúpulas han sido pintadas de tal forma que se aprecia la influencia del barroco indígena entre �ngeles y frutas.

El jueves de Corpus se realizan también tapetes para la procesión del Santísimo por la tarde.